Grant Morrison y Frank Quitely han unido sus esfuerzos en más de una ocasión, como los más veteranos recordarán de We3 ó Flex Mentallo. Sin embargo, para mi la cúspide de su colaboración es el cómic que aquí nos reune: ALL-STAR SUPERMAN.
Pero con All-Star Superman no estamos hablando de un cómic normal de El Hombre de Acero.
Para los que no estéis al tanto, All-Star fue la franquicia bajo la que DC en su momento decidió sacar cómics de sus personajes sin estar sujetos a la continuidad de las lineas regulares; por desgracia, solo nacieron dos cómics de esto, el que nos reúne ahora mismo y el fantástico All-Star Batman y Robin (lectura obligada de los geniales Frank Miller y Jim Lee).
All-Star Superman fue un hito tan grande con su homenaje a Kal-El que obtuvo el premio Eisner a la "Mejor Serie Nueva" en el 2006, así como el de "Mejor Serie Continua" en 2007 y 2009. Pero la cosa no se queda aquí, ya que también consiguió los premios Harvey por "Mejor Artista" y "Mejor Edición Individual" en 2008, y los premios Eagle a "Nuevo Cómic Favorito" y "Portada Favorita de Cómic" (por el primer número) en el 2006 y "Cómic Favorito a Color - Americano" en el 2007.
Toda una referencia en premios a la calidad a la que vamos a enfrentarnos cuando abramos la obra maestra que ECC Ediciones nos trae en cartoné, recopilado a lo largo de 328 páginas repleta de extras que hacen las delicias de los fans como yo.
ALL-STAR SUPERMAN.
All-Star Superman es un cómic que, a pesar de ser "nuevo", se convirtió en un clásico automáticamente. La epopeya a la que nos transporta Grant Morrison reúne a si no todos, muchos de los personajes más tradicionales de Superman, como pueden ser Lex Luthor, Lois Lane o Jimmy Olsen, combinados con otros como Sansón, Atlas o dos supervivientes de Krypton entre otros.
Todo encuentra su inicio cuando Superman corre a salvar al Dr. Leo Quintum y su equipo de P.R.O.J.E.CT. al lado del Sol, donde recibe una sobrecarga masiva de energía en sus células al exponerse demasiado cerca a la fuente de sus poderes sobrehumanos.
Esta sobrecarga no solo triplica sus poderes actuales y le otorga algunos nuevos, si no que resulta en un estado degenerativo similar al cáncer que augura su cercana muerte. Sabedor de su pronto destino, Superman debe decidir como quiere pasar sus últimos días en la tierra ahora que todo termina para él.
Así pues, con esta premisa sentenciadora, nos encontramos con un buen montón de aventuras en las que nuestro protagonista trata de hacer todo lo que siempre ha querido, comenzando por confesar su identidad secreta a Lois y ofrecerle como regalo de cumpleaños una formula que permita a la reportera ser como él por un día.
Viviendo varias situaciones que los llevarán a encontrarse con los viajeros del tiempo Sansón y Atlas, terminarán descubriendo que Superman realizará doce últimas proezas antes de fallecer.
Una promesa que continuará a lo largo de los doce capítulos que forman la obra, donde Kal-El se enfrentará al mundo bizarro, su archi-rival Lex Luthor, una pareja de kryptonianos astronautas perdidos, una liga de supermanes del futuro, los descencientes de los dinosaurios del centro de la tierra y más, mientras intenta poner en orden la vida de su alter ego antes de que su existencia alcance su amargo final.
Guión.
Grant Morrison es un genio.
Esto es así.
El relato que nos propone nos devuelve a las aventuras clásicas de Superman con su tono rodeado de una esencia épica y mitológica, una narración magistral que despunta en cada página transportándonos a un Superman que aúna las aventuras de los cómics de los años cincuenta con algo mucho más intimista que solo podemos ver en las historias más contemporáneas.
¿Como ha logrado crear esta mezcla mágica? Soy incapaz de discernirlo, pero es imposible no sentirse al leer este cómic como si tuviéramos entre nuestros dedos una obra de una época ya remota en el mundo de DC Comics con cada viñeta que leemos o cada nueva aventura que vive el campeón de krypton, y al mismo tiempo notamos como el superhéroe se rejuvenece bebiendo de un guión fresco y novedoso.
Sin duda, la mejor palabra para definir All-Star Superman es mitología, en una historia que comienza y termina en nuestro astro rey, mientras un campeón sobrehumano lleva a cabo doce trabajos imposibles para cualquier otro ser como si se tratase de un héroe del panteón griego.
Una historia en clave de cuento y leyenda que Morrison convierte en un nuevo clásico para todo fan de los superheróico, recreando el ideal del Hombre del Mañana y reinventando al último hombre de Krypton a quién ya tan bien conocemos.
El trabajo hecho con esta historia es algo irrepetible que pocas veces veremos en un cómic que, con méritos propios, se ha abierto un hueco en las estanterías de todo buen coleccionista.
Grant Morrison ha realizado con esta historia una treceava proeza que sumar a las de su Superman.
Dibujo.
No son pocas las ocasiones en que una obra magnánima del cómic como esta ve su guión excepcional acompañado de un dibujo que simplemente cumple su cometido, narrando como buenamente puede lo que su guionista ha definido.
Esta no es una de esas ocasiones.
Los lápices de Frank Quitely han hecho una labor que no queda en absoluto a la sombra de la historia de Morrison, logrando de lejos su cometido en las viñetas de All-Star Superman.
Su trazo es fino y delicado, sus proporciones perfectas y su concepto del movimiento sublime.
El dibujo de Quitely es perfecto para narrar esta historia en clave heróica, dándole aun más ese toque de leyenda en unas composiciones de viñeta que en ocasiones parecen cuadros.
Por si esto fuese poco, cuando se trata de la acción, Quitely desata todo su potencial en unas escenas con una nitidez envidiable, logrando que se sobreentienda estupendamente el desarrollo de toda batalla o enfrentamiento sin tener que dar más de un vistazo; algo que igualmente, os invito a hacer para que os maravilléis con sus habilidades.
Las tintas y el color que complementan a Quitely llegan de mano de Jamie Grant, quien realza magistralmente el trabajo de Quitely y lo llena de vida con unos colores de tonos apastelados que aportan a All-Star Superman esa sensación de estar en una nube, esperando tristemente al final que le aguarda a nuestro héroe.
Una combinación que al hacer equipo con Morrison, completan un equipo capaz de traer a la vida algunas de las mejores páginas de la historia del cómic.
Los extras.
Me resulta difícil no alabar All-Star Superman. La combinación de su guión y dibujo lo convierten en un indispensable para cualquier lector de cómics, pero más allá de la obra en sí, el recopilatorio de ECC Ediciones reune una serie de material que aun acetúan más la calidad de la obra.
En las páginas posteriores podemos encontrar una serie de textos del propio Morrison acompañados de bocetos de Quitely que nos narran la experiencia que fue crear All-Star Superman, las vivencias del proceso, los cambios que tuvieron que realizar sobre las ideas originales y, en general, toda una serie de vivencias que le dan aun más valor al cómic que tenemos entre nuestros dedos.
De los bocetos y el trabajo gráfico de Quitely me gustaría destacar algo que ya se nota en las páginas del cómic, pero que Morrison nos destaca en sus notas, que es como transforma a Kal-El en Clark Kent, describiendo como el dibujante hace gala de su increíble dominio de la anatomía para convertir al Hombre de Acero en el torpe periodista en una transformación que va bastante más allá que ponerle y quitarle sus gafas... ¡toda una gala de habilidad!
Por otro lado, es muy destacable cuando Morrison comenta que en un principio quería dotar a las portadas de los números de diálogos como en los cómics de los años 50-60, algo que aun puede apreciarse en el diseño final aunque estos hayan desaparecido.
Pero aparte de estas y muchas otras notas, podemos encontrar detalles que en la historia pueden pasarnos desapercibidos en nuestra primera lectura, o bien trasfondo que se omitió en la historia final y que adornan aun más lo que Morrison nos ha relatado, llevándolo a un nuevo nivel.
Sin duda una serie de extras que harán las delicias de todos los que disfrutéis tanto como yo de All-Star Superman, y que ECC ha reunido para nuestro disfrute personal.
Como ya digo, All Star Superman es un imprescindible.
El cual por cierto, podéis adquirirlo en cualquier tienda de cómics.
Pero con All-Star Superman no estamos hablando de un cómic normal de El Hombre de Acero.
Para los que no estéis al tanto, All-Star fue la franquicia bajo la que DC en su momento decidió sacar cómics de sus personajes sin estar sujetos a la continuidad de las lineas regulares; por desgracia, solo nacieron dos cómics de esto, el que nos reúne ahora mismo y el fantástico All-Star Batman y Robin (lectura obligada de los geniales Frank Miller y Jim Lee).
All-Star Superman fue un hito tan grande con su homenaje a Kal-El que obtuvo el premio Eisner a la "Mejor Serie Nueva" en el 2006, así como el de "Mejor Serie Continua" en 2007 y 2009. Pero la cosa no se queda aquí, ya que también consiguió los premios Harvey por "Mejor Artista" y "Mejor Edición Individual" en 2008, y los premios Eagle a "Nuevo Cómic Favorito" y "Portada Favorita de Cómic" (por el primer número) en el 2006 y "Cómic Favorito a Color - Americano" en el 2007.
Toda una referencia en premios a la calidad a la que vamos a enfrentarnos cuando abramos la obra maestra que ECC Ediciones nos trae en cartoné, recopilado a lo largo de 328 páginas repleta de extras que hacen las delicias de los fans como yo.
ALL-STAR SUPERMAN.
All-Star Superman es un cómic que, a pesar de ser "nuevo", se convirtió en un clásico automáticamente. La epopeya a la que nos transporta Grant Morrison reúne a si no todos, muchos de los personajes más tradicionales de Superman, como pueden ser Lex Luthor, Lois Lane o Jimmy Olsen, combinados con otros como Sansón, Atlas o dos supervivientes de Krypton entre otros.
Todo encuentra su inicio cuando Superman corre a salvar al Dr. Leo Quintum y su equipo de P.R.O.J.E.CT. al lado del Sol, donde recibe una sobrecarga masiva de energía en sus células al exponerse demasiado cerca a la fuente de sus poderes sobrehumanos.
Esta sobrecarga no solo triplica sus poderes actuales y le otorga algunos nuevos, si no que resulta en un estado degenerativo similar al cáncer que augura su cercana muerte. Sabedor de su pronto destino, Superman debe decidir como quiere pasar sus últimos días en la tierra ahora que todo termina para él.
Así pues, con esta premisa sentenciadora, nos encontramos con un buen montón de aventuras en las que nuestro protagonista trata de hacer todo lo que siempre ha querido, comenzando por confesar su identidad secreta a Lois y ofrecerle como regalo de cumpleaños una formula que permita a la reportera ser como él por un día.
Viviendo varias situaciones que los llevarán a encontrarse con los viajeros del tiempo Sansón y Atlas, terminarán descubriendo que Superman realizará doce últimas proezas antes de fallecer.
Una promesa que continuará a lo largo de los doce capítulos que forman la obra, donde Kal-El se enfrentará al mundo bizarro, su archi-rival Lex Luthor, una pareja de kryptonianos astronautas perdidos, una liga de supermanes del futuro, los descencientes de los dinosaurios del centro de la tierra y más, mientras intenta poner en orden la vida de su alter ego antes de que su existencia alcance su amargo final.
Guión.
Grant Morrison es un genio.
Esto es así.
El relato que nos propone nos devuelve a las aventuras clásicas de Superman con su tono rodeado de una esencia épica y mitológica, una narración magistral que despunta en cada página transportándonos a un Superman que aúna las aventuras de los cómics de los años cincuenta con algo mucho más intimista que solo podemos ver en las historias más contemporáneas.
¿Como ha logrado crear esta mezcla mágica? Soy incapaz de discernirlo, pero es imposible no sentirse al leer este cómic como si tuviéramos entre nuestros dedos una obra de una época ya remota en el mundo de DC Comics con cada viñeta que leemos o cada nueva aventura que vive el campeón de krypton, y al mismo tiempo notamos como el superhéroe se rejuvenece bebiendo de un guión fresco y novedoso.
Sin duda, la mejor palabra para definir All-Star Superman es mitología, en una historia que comienza y termina en nuestro astro rey, mientras un campeón sobrehumano lleva a cabo doce trabajos imposibles para cualquier otro ser como si se tratase de un héroe del panteón griego.
Una historia en clave de cuento y leyenda que Morrison convierte en un nuevo clásico para todo fan de los superheróico, recreando el ideal del Hombre del Mañana y reinventando al último hombre de Krypton a quién ya tan bien conocemos.
El trabajo hecho con esta historia es algo irrepetible que pocas veces veremos en un cómic que, con méritos propios, se ha abierto un hueco en las estanterías de todo buen coleccionista.
Grant Morrison ha realizado con esta historia una treceava proeza que sumar a las de su Superman.
Dibujo.
No son pocas las ocasiones en que una obra magnánima del cómic como esta ve su guión excepcional acompañado de un dibujo que simplemente cumple su cometido, narrando como buenamente puede lo que su guionista ha definido.
Esta no es una de esas ocasiones.
Los lápices de Frank Quitely han hecho una labor que no queda en absoluto a la sombra de la historia de Morrison, logrando de lejos su cometido en las viñetas de All-Star Superman.
Su trazo es fino y delicado, sus proporciones perfectas y su concepto del movimiento sublime.
El dibujo de Quitely es perfecto para narrar esta historia en clave heróica, dándole aun más ese toque de leyenda en unas composiciones de viñeta que en ocasiones parecen cuadros.
Por si esto fuese poco, cuando se trata de la acción, Quitely desata todo su potencial en unas escenas con una nitidez envidiable, logrando que se sobreentienda estupendamente el desarrollo de toda batalla o enfrentamiento sin tener que dar más de un vistazo; algo que igualmente, os invito a hacer para que os maravilléis con sus habilidades.
Las tintas y el color que complementan a Quitely llegan de mano de Jamie Grant, quien realza magistralmente el trabajo de Quitely y lo llena de vida con unos colores de tonos apastelados que aportan a All-Star Superman esa sensación de estar en una nube, esperando tristemente al final que le aguarda a nuestro héroe.
Una combinación que al hacer equipo con Morrison, completan un equipo capaz de traer a la vida algunas de las mejores páginas de la historia del cómic.
Los extras.
Me resulta difícil no alabar All-Star Superman. La combinación de su guión y dibujo lo convierten en un indispensable para cualquier lector de cómics, pero más allá de la obra en sí, el recopilatorio de ECC Ediciones reune una serie de material que aun acetúan más la calidad de la obra.
En las páginas posteriores podemos encontrar una serie de textos del propio Morrison acompañados de bocetos de Quitely que nos narran la experiencia que fue crear All-Star Superman, las vivencias del proceso, los cambios que tuvieron que realizar sobre las ideas originales y, en general, toda una serie de vivencias que le dan aun más valor al cómic que tenemos entre nuestros dedos.
De los bocetos y el trabajo gráfico de Quitely me gustaría destacar algo que ya se nota en las páginas del cómic, pero que Morrison nos destaca en sus notas, que es como transforma a Kal-El en Clark Kent, describiendo como el dibujante hace gala de su increíble dominio de la anatomía para convertir al Hombre de Acero en el torpe periodista en una transformación que va bastante más allá que ponerle y quitarle sus gafas... ¡toda una gala de habilidad!
Por otro lado, es muy destacable cuando Morrison comenta que en un principio quería dotar a las portadas de los números de diálogos como en los cómics de los años 50-60, algo que aun puede apreciarse en el diseño final aunque estos hayan desaparecido.
Pero aparte de estas y muchas otras notas, podemos encontrar detalles que en la historia pueden pasarnos desapercibidos en nuestra primera lectura, o bien trasfondo que se omitió en la historia final y que adornan aun más lo que Morrison nos ha relatado, llevándolo a un nuevo nivel.
Sin duda una serie de extras que harán las delicias de todos los que disfrutéis tanto como yo de All-Star Superman, y que ECC ha reunido para nuestro disfrute personal.
Como ya digo, All Star Superman es un imprescindible.
El cual por cierto, podéis adquirirlo en cualquier tienda de cómics.