Muchos autores han repetido una y otra vez en sus páginas el origen del murciélago, intentando hacer el mito de BATMAN aun más grande y épico a partir de la renovada narración del nacimiento del héroe de Gotham.
Desde luego no es por que no tengamos claro como sus padres fueron asesinados en un callejón tras ver El Zorro con el pequeño Bruce Wayne, y como este trauma propició el nacimiento de uno de los super héroes más conocidos de nuestra cultura popular.
El pasado de Batman está tan arraigado en nosotros que las continuas revisiones de sus inicios en ocasiones se hacen innecesarias.
El pasado de Batman está tan arraigado en nosotros que las continuas revisiones de sus inicios en ocasiones se hacen innecesarias.
Pero entre todas las versiones, hay una obra maestra que data de 1988 que cambió para siempre la manera de ver al detective. De la mano de Frank Miller y David Mazzucchelli, quienes presentaron el principio de bats de una forma que nadie ha logrado superar, y que por suerte ECC Ediciones ha traído de nuevo a nuestras estanterías en una edición de lujo. perteneciente a su caja Grandes Autores de Batman: Frank Miller.
BATMAN: AÑO UNO
Sois muchos los que ya conocéis este cómic y lo veneráis como el antiguo testamento de Batman, pero cuando uno es novel en las aventuras del hombre murcielago, puede confundirse cuando le cuentan que este cómic narra sus inicios.
BATMAN: AÑO UNO
Sois muchos los que ya conocéis este cómic y lo veneráis como el antiguo testamento de Batman, pero cuando uno es novel en las aventuras del hombre murcielago, puede confundirse cuando le cuentan que este cómic narra sus inicios.
A diferencia de lo primero que puede venirnos a la mente, este imprescindible cómic no nos cuenta otra vez el asesinato de Thomas y Martha Wayne - el cual hemos visto hasta la saciedad - si no que ve su inicio en las primeras incursiones de Bruce Wayne contra el crimen de Gotham.
No es que no se haga hincapié en la muerte de sus padres, la cual por supuesto sale como flashback en varias ocasiones a lo largo de nuestra historia.
No sería esta una obra culmen si no se mencionara el hecho más importante de la vida de Batman, pero aunque el trauma infantil del joven Bruce es el disparador del periplo del encapuchado gothamita, la base del guión de Frank Miller parte de como Bruce Wayne inicia sus andadas contra los criminales de la infecta ciudad, cometiendo errores, saliendo herido y malparado una y otra vez mientras trata de encontrar el método.
Un método que le llevará a la capa y el antifaz.
Así pues, Batman: Año Uno nos lleva en manos de la narrativa de Frank Miller a lo largo de como un recién regresado Bruce Wayne se convierte poco a poco de vigilante novato en la leyenda que a día de hoy todos conocemos.
Este camino no solo le llevará a su traje de Batman, si no a interactuar con el resto de personajes de Gotham en busca de su aliado más preciado, el cual es el otro protagonista de nuestra historia: el detective James Gordon.
Que Bruce Wayne me encanta a lo largo de esta historia es obvio, pero aun así, para mi el personaje que más brilla es Gordon. Mientras Bruce Wayne busca un propósito y un método para llevar la justicia a Gotham apoyado por su fortuna, su entrenamiento y un tolerante Alfred, Gordon se enfrenta a la mugre de la moral de Gotham con un café, un donut y la determinación de un hombre correcto.
Y un bate de beisbol, pero eso es otra historia.
Gordon trata de abrirse paso en un sistema corrupto con uñas y dientes, descubriendo lo podrida que está Gotham a cada día que pasa, cambiando toda su vida en el proceso, arrastrando problemas familiares, cayendo y volviendo a alzarse repetidamente a medida en que ve como Batman pasa de delincuente a héroe del pueblo - alguien que poco a poco se revela como un ser totalmente diferente a él, pero con el que comparte un objetivo: sanear Gotham.
Frank Miller narra estas dos historias paralelas totalmente diferentes con una maestría que te absorbe a las pocas páginas, llevándote de la mano junto a dos personajes con vidas opuestas que poco a poco van viendo como convergen en el mismo punto. Su historia queda adornada con montones de detalles que arrancan una sonrisa a los veteranos, como la presencia de Selina, Harvey Dent o el Romano, o las continuas alusiones al héroe de Metropolis.
Miller trajo en los ochenta un ambiente muy oscuro que revolucionaría la idea que muchos habían anclado en sus mentes de Batman a raíz de adaptaciones infantiles como la serie de Adam West (1966), y aun ahora sirve como referencia de lo que debe ser el murciélago; algo oscuro, un héroe que infunde terror en sus enemigos y suspicacia en sus aliados. Un mensajero de la justicia que viene desde las sombras.
El trabajo de Miller se ve respaldado por el dibujo de David Mazzucchelli y los colores de su esposa Richmond Lewis, quienes ya han trabajado en más de una ocasión con Miller (como en El Regreso del Caballero Oscuro, cuya reseña os traeremos en breve), y esto puede notarse cuando el arte de uno encaja absolutamente en la narrativa del otro.
Su dibujo, aunque parece sencillo y sin demasiadas pretensiones, está cargado de expresividad y un dinamismo capaz de explicar en una sola viñeta acciones complejas sin despeinarse.
Pero este cómic no es solo lo que supone su obra, si no que se convierte en imprescindible por todo el material de lujo para coleccionistas que incluye en su interior. Tras el cómic, podemos encontrar declaraciones de Mazzucchelli y Miller, así como guiones, bocetos, ilustraciones, anécdotas y montones de joyas que elevan la calidad de este volumen considerablemente.
Personalmente, me quedo con los dibujos infantiles que Mazzucchelli publica como su primer cómic de Batman.
En total, 152 páginas a color en cartoné, dedicadas enteramente a los fans de Batman.
Podéis adquirir BATMAN: AÑO UNO de Miller y Mazzuchelli en vuestras tiendas de cómics de la mano de ECC Ediciones.
No sería esta una obra culmen si no se mencionara el hecho más importante de la vida de Batman, pero aunque el trauma infantil del joven Bruce es el disparador del periplo del encapuchado gothamita, la base del guión de Frank Miller parte de como Bruce Wayne inicia sus andadas contra los criminales de la infecta ciudad, cometiendo errores, saliendo herido y malparado una y otra vez mientras trata de encontrar el método.
Un método que le llevará a la capa y el antifaz.
Así pues, Batman: Año Uno nos lleva en manos de la narrativa de Frank Miller a lo largo de como un recién regresado Bruce Wayne se convierte poco a poco de vigilante novato en la leyenda que a día de hoy todos conocemos.
Este camino no solo le llevará a su traje de Batman, si no a interactuar con el resto de personajes de Gotham en busca de su aliado más preciado, el cual es el otro protagonista de nuestra historia: el detective James Gordon.
Que Bruce Wayne me encanta a lo largo de esta historia es obvio, pero aun así, para mi el personaje que más brilla es Gordon. Mientras Bruce Wayne busca un propósito y un método para llevar la justicia a Gotham apoyado por su fortuna, su entrenamiento y un tolerante Alfred, Gordon se enfrenta a la mugre de la moral de Gotham con un café, un donut y la determinación de un hombre correcto.
Y un bate de beisbol, pero eso es otra historia.
Gordon trata de abrirse paso en un sistema corrupto con uñas y dientes, descubriendo lo podrida que está Gotham a cada día que pasa, cambiando toda su vida en el proceso, arrastrando problemas familiares, cayendo y volviendo a alzarse repetidamente a medida en que ve como Batman pasa de delincuente a héroe del pueblo - alguien que poco a poco se revela como un ser totalmente diferente a él, pero con el que comparte un objetivo: sanear Gotham.
Frank Miller narra estas dos historias paralelas totalmente diferentes con una maestría que te absorbe a las pocas páginas, llevándote de la mano junto a dos personajes con vidas opuestas que poco a poco van viendo como convergen en el mismo punto. Su historia queda adornada con montones de detalles que arrancan una sonrisa a los veteranos, como la presencia de Selina, Harvey Dent o el Romano, o las continuas alusiones al héroe de Metropolis.
Miller trajo en los ochenta un ambiente muy oscuro que revolucionaría la idea que muchos habían anclado en sus mentes de Batman a raíz de adaptaciones infantiles como la serie de Adam West (1966), y aun ahora sirve como referencia de lo que debe ser el murciélago; algo oscuro, un héroe que infunde terror en sus enemigos y suspicacia en sus aliados. Un mensajero de la justicia que viene desde las sombras.
El trabajo de Miller se ve respaldado por el dibujo de David Mazzucchelli y los colores de su esposa Richmond Lewis, quienes ya han trabajado en más de una ocasión con Miller (como en El Regreso del Caballero Oscuro, cuya reseña os traeremos en breve), y esto puede notarse cuando el arte de uno encaja absolutamente en la narrativa del otro.
Su dibujo, aunque parece sencillo y sin demasiadas pretensiones, está cargado de expresividad y un dinamismo capaz de explicar en una sola viñeta acciones complejas sin despeinarse.
Pero este cómic no es solo lo que supone su obra, si no que se convierte en imprescindible por todo el material de lujo para coleccionistas que incluye en su interior. Tras el cómic, podemos encontrar declaraciones de Mazzucchelli y Miller, así como guiones, bocetos, ilustraciones, anécdotas y montones de joyas que elevan la calidad de este volumen considerablemente.
Personalmente, me quedo con los dibujos infantiles que Mazzucchelli publica como su primer cómic de Batman.
En total, 152 páginas a color en cartoné, dedicadas enteramente a los fans de Batman.
Podéis adquirir BATMAN: AÑO UNO de Miller y Mazzuchelli en vuestras tiendas de cómics de la mano de ECC Ediciones.