Esta noche es el turno de T'kth'Y T'yok, Heraldo del Destino, un demonio brujo ideal para engrosar nuestras lineas de seguidores del caos con un Heraldo de Tzeentch, que hará seguramente un buen papel en vuestros ejércitos a escala 28mm.
Los componentes requieren de montaje y pintado. Al estar casteados en resina, recomendamos lavar cuidadosamente con jabón todas las piezas antes de empezar a trabajar con ellas. Así mismo, sugerimos el uso de pinturas acrílicas para esta tarea.
Para comenzar con nuestra laborde ensamblado, primero extraemos las piezas de las que se compone nuestro heraldo y las limpiamos de rebabas y otras impurezas con la ayuda de lija o cuchilla de modelismo.
La miniatura se compone como podemos ver de su cuerpo principal, dos piezas de la base de tentáculos de su disco, el propio disco, un brazo en forma de garra, un brazo que porta un báculo, un brazo que porta un libro y cuatro tentáculos.
Tened cuidado con estos últimos, ya que son muy delgados, y por lo tanto fáciles de romper y perder.
Un buen montón de piezas, pero no os asustéis, ya que el montaje es bastante sencillo.
Comenzaremos montado el disco volador que nuestro heraldo utiliza a modo de vehículo. Para ello primero pegaremos las dos piezas de tentáculos tal y como podemos ver en la imagen. Entre las dos dejan un hueco necesario para montar más adelante la peana gravítica.
Cuando tengamos las dos piezas unidas, llega el momento de pegarlo a la base y núcleo del disco.
Con la parte principal del disco ensamblada, pasamos a montar los tentáculos y el brazo del libro. Como podemos ver en en la baje, hay diversos huecos circulares destinados a albergar las puntas de los tentáculos, por lo que pondremos algo de pegamento y sostendremos los apéndices en la posición correcta hasta que se quede en su lugar.
La mano que porta el libro deberemos ponerla de manera en que mire hacia delante, donde se encuentra el monstruiyo.
Con el disco ya ensamblado, pasamos a hacer lo mismo con el propio heraldo. El montaje de los brazos es muy sencillo; únicamente deberemos ponerle algo de pegamento a las junturas que vemos en sus brazos e insertar lo mismo en las posiciones adecuadas.
Con esto, solo nos falta montar al heraldo sobre el disco y este a su tiempo sobre la peana usando una extensión para miniaturas gravíticas.
El resultado es bastante loable: la miniatura extiende sus dedos hacia el texto como si se encontrase leyendo, mientras los tentáculos del disco dan la impresión de un gran dinamismo.
Adicionalmente, toda la miniatura se encuentra esculpida en alto detalle, desde plumas a runas que cubren uno y otro rincón.
¡Echadle un vistazo!