Cómic: Norma Editorial anuncia la novela gráfica "AK-47".

AK-47
El fusil o el arma en sí no mata. Son las personas las que disparan, y no puedo hacerme responsable de que alguien utilice mi invento de forma equivocada.

El legado de Mijail Kalashnikov será el motivo de una novela gráfica que nos llegará de la mano de Norma Editorial, donde el inventor del AK-47 sirve de reflexión sobre la cultura de la violencia a través del nexo común del fusil Kalashnikov.

El 23 de diciembre de 2013, Mijail Timofeyich Kalashnikov fallecía en su residencia de Izhvesk, a la edad de 94 años. La noticia de la muerte provocó de inmediato una ola de pésame y reconocimiento por toda Rusia, que perdía al último de sus grandes nombres procedentes de la época soviética. El propio Vladimir Putin, que presidió el funeral con honores celebrado en Moscú, destacó la figura de Kalashnikov como “héroe nacional”, y con ese título sería enterrado en un exclusivo cementerio cercano a la capital rusa.

Mijail Kalashnikov dejaba a su país y al mundo entero el legado de su máxima creación, el fusil de asalto Avtomat Kalashnikova 47, más conocido como AK-47 o simplemente “kalashnikov”. Como antiguo soldado e ingeniero al servicio de la URSS, un joven Mijail se inspiró en los fusiles alemanes nazis para crear a finales de la década de los 40 un arma que se haría omnipresente en cada uno de los conflictos bélicos que estallaron en el mundo en la segunda mitad del siglo XX. Guerrilleros, revolucionarios y soldados la han usado por igual, y se ha visto en manos de personajes tan dispares como Salvador Allende, Saddam Hussein u Osama Bin Laden. En la actualidad, más de medio centenar de naciones cuentan con el AK-47. En algunos países es fácil adquirir un fusil en el mercado negro por apenas 50 euros, y con un escaso mantenimiento, el kalashnikov puede sobrevivir fácilmente a su propietario. La fiabilidad, la resistencia y la sencillez de uso siguen siendo, más de seis décadas después, las cualidades más destacadas del AK-47.

“Después del final de la guerra fría, el Kalashnikov se ha convertido en la mayor exportación del pueblo ruso, después del vodka, el caviar y los novelistas suicidas.”

El fusil kalashnikov es, sin embargo, algo más que el arma más extendida del mundo. A lo largo de las largas décadas de la Guerra Fría, el AK-47 representó el poder del bloque soviético frente al capitalismo americano, al tiempo que naciones enteras se levantaban contra la opresión empuñando un kalashnikov que identificaban con un símbolo de libertad: es por ello que el AK-47 aparece en la bandera de Mozambique o el escudo de Timor Oriental. Y en la actualidad, con la caída de la URSS y la definitiva abertura de Rusia al capitalismo, el kalashnikov ha pasado a ser un icono más de la cultura rusa: su imagen se ha reproducido en camisetas, llaveros o cubiteras, ha sido citado y admirado en films como El señor de la guerra o Jackie Brown, e incluso existe en Rusia una marca de vodka “Kalashnikov”, impulsada por el propio inventor.

Es este punto de vista, el del fusil kalashnikov como elemento cultural, el que sirve de punto de partida para la novela gráfica AK-47. Más allá de una aproximación biográfica a la figura del inventor o su fusil, la intención es utilizar el objeto como protagonista de conflictos y situaciones de violencia, con una clara pregunta: ¿qué lleva al hombre a crear un instrumento con la única intención de matar? Y sobre todo, ¿qué hace que un objeto de muerte se convierta a la vez en icono cultural de un país, de la revolución y de la libertad?

“He vivido una vida difícil, no exenta de desgracias y adversidades, pero interesante. Si tuviese de nuevo que elegir qué camino seguir, sin duda escogería el mismo: servir a mi Patria.”

La novela gráfica AK-47 se estructura en once episodios, independientes entre sí pero con el nexo común del fusil Kalashnikov. Desde la Rusia zarista de Nicolás II hasta el México de los cárteles del narcotráfico, pasando por la guerra de Vietnam, el África descolonizada o la Rusia actual, en todas estas situaciones Mijail Kalashnikov y su invento aparecen, a veces de forma directa, otras solo como una referencia. AK-47 recorre en sus historias el drama de los niños de la guerra, las acciones encubiertas de la CIA, los ataques de los terroristas islámicos o la guerra fría. Los episodios presentan a su vez una amplia variedad temática, algo que el guionista aprovecha para tocar géneros como el bélico, el histórico, el terror o el cómic de superhéroes. Aparte, la obra cuenta con ilustraciones y pin-ups dedicadas a alguno de los aspectos en los que el AK-47 ha influido en el mundo de la cultura, tanto en música como publicidad, cine o literatura.

Esta es la historia que el guionista Sergio Colomino (Sherlock Holmes y la conspiración de Barcelona) nos ofrece, junto a un puñado de nuevos valores salidos de la prestigiosa escuela de cómic JOSO, en un volumen de casi 200 páginas, que Norma Editorial publicará en el último trimestre de 2015.