Este 13 de marzo de 2015 Drakul Ediciones lanzaba al mercado la segunda parte de DOS, titulada "Buscando respuestas en Vigo", la esperada continuación del cómic "DOS. Primeros síntomas" que ya sorprendió a muchos en su momento gracias a la brillante trama de misterio que nos ofrecía el guionista David Braña.
En un formato muy similar al de la primera entrega, la segunda parte de la saga nos llega en una rústica con solapas en formato 17 x 24 cm y constando de 88 páginas (ocho más que la primera parte de la historia) y además pasándose del blanco y negro previamente mostrado a estar absolutamente en color gracias a la gama cromática ofrecida por el artista Alex Segura.
Pero este no es el único cambio que encontramos, puesto que en esta ocasión el arte pasa de los lápices de Hernan Fino a los de Anel (Jose Manuel) Montoro, quién aleja esta obra gracias a su grafismo mucho más profesional de ese ambiente fanzinero que nos ofrecía en sus inicios.
Dos factores muy importantes que realzan todo lo que los guiones de David Braña tienen que ofrecernos... lo cual no es poco.
Primeros Síntomas.
Antes de hablar de "Buscando respuestas en Vigo" debemos ponernos en antecedentes con la primera parte de esta obra.
En un formato muy similar al de la primera entrega, la segunda parte de la saga nos llega en una rústica con solapas en formato 17 x 24 cm y constando de 88 páginas (ocho más que la primera parte de la historia) y además pasándose del blanco y negro previamente mostrado a estar absolutamente en color gracias a la gama cromática ofrecida por el artista Alex Segura.
Pero este no es el único cambio que encontramos, puesto que en esta ocasión el arte pasa de los lápices de Hernan Fino a los de Anel (Jose Manuel) Montoro, quién aleja esta obra gracias a su grafismo mucho más profesional de ese ambiente fanzinero que nos ofrecía en sus inicios.
Dos factores muy importantes que realzan todo lo que los guiones de David Braña tienen que ofrecernos... lo cual no es poco.
Primeros Síntomas.
Antes de hablar de "Buscando respuestas en Vigo" debemos ponernos en antecedentes con la primera parte de esta obra.
A lo largo de sus 80 páginas en blanco y negro, este volumen nos presentaba a su protagonista Sonia, una estudiante de Barcelona que se ha visto recientemente asaltada por una serie de visiones, la cuales culminan con el asesinato de otra chica.
Sus preocupaciones se hacen mucho más palpable cuando descubre que sus visiones se han hecho realidad, y que esa tal desconocida ha conocido el terrible destino que ella andaba presagiando. Tratando de buscar respuestas, Sonia se desplazaba a la población costera Tossa de Mar (Girona), dónde comenzaba su propia investigación.
A lo largo de las mismas, Sonia conocería a otro joven con visiones similares llamado Alex y descubriría la existencia del DOS, una enfermedad similar a la esquizofrenia con al que los médicos catalogan sus síntomas.
La pareja se vería involucrada en la persecución de un asesino en serie, causante de la muerte de la chica de las visiones de Sonia y que, según parece, los tiene a ellos ahora como su nuevo blanco.
David Braña nos presentaba de esta manera una historia repleta de misterio y de un ligero transfondo sobrenatural con la que lograba engancharnos rápidamente, creando unos pilares sólidos sobre los que desarrollar su saga.
El arte recaía en Hernan Fino, quién se defendía con un estilo primerizo a lo largo de las ochenta páginas, intercalando fondos en base a fotografías de escenarios reales de Tossa de Mar.
Buscando respuestas en Vigo
La segunda parte nos sitúa poco tiempo después de la primera, con Sonia y alex ya como viejos conocidos y compañeros de aventuras.
La segunda parte nos sitúa poco tiempo después de la primera, con Sonia y alex ya como viejos conocidos y compañeros de aventuras.
Nuestra protagonista continúa buscando respuestas para sus visiones y el DOS. Debido a ello, su terapeuta le recomienda un centro médico en Vigo dónde uno de sus colegas parece estar realizando notables avances respecto al tema.
Sonia se embarcará entonces en un nuevo viaje que la llevará a la ciudad de Pontevedra para internarse en este nuevo centro médico, un lugar dónde descubrirá que el trastorno que ella sufre parece aparecer de una forma muy diferente en elr esto de pacientes, los cuales terminan enfermando hasta convertirse en peligrosos sociopatas.
Sonia se embarcará entonces en un nuevo viaje que la llevará a la ciudad de Pontevedra para internarse en este nuevo centro médico, un lugar dónde descubrirá que el trastorno que ella sufre parece aparecer de una forma muy diferente en elr esto de pacientes, los cuales terminan enfermando hasta convertirse en peligrosos sociopatas.
Mientras tanto, Alex se verá asaltado por otros sujetos que padecen la influencia de la singular enfermedad, la cual parece incluir un deterioro físico, así como el impulso de asesinar a ciertas personas, comandados por una sola y única voz que parece ser quién se encuentra detrás de toda esta fantástica trama.
Como ya comentábamos, en esta ocasión el responsable de plasmar en viñetas los guiones de David Braña es Anel Montoro, quién demuestra una gracia mucho mayor que su antecesor a la hora de moverse entre los trazos de los personajes, aunque aun y así el dibujo continúe albergando ese toque fanzinero.
Por otro lado, esta obra cuenta con la colaboración de la Diputación Provincial de Pontevedra, el diario Atlántico y algunas empresas de la localidad, lo cual ha llevado a mostrar calles, monumentos y tiendas de la misma de una forma que puede pasar de lo curioso a la propagando turística, llegando a ser algo descarado para el ojo del lector que únicamente quiera disfrutar de la obra de Braña.
Ignorando estos detalles, nos encontramos ante una historia atrayente y sólida que no deja indemne a sus lectores, los cuales cuando cerremos este nuevo volumen solo podremos desear que pronto surja una tercera entrega que aporte más luz a las preguntas sombrías que nos despiertan las desventuras de Sonia.
Como ya comentábamos, en esta ocasión el responsable de plasmar en viñetas los guiones de David Braña es Anel Montoro, quién demuestra una gracia mucho mayor que su antecesor a la hora de moverse entre los trazos de los personajes, aunque aun y así el dibujo continúe albergando ese toque fanzinero.
Por otro lado, esta obra cuenta con la colaboración de la Diputación Provincial de Pontevedra, el diario Atlántico y algunas empresas de la localidad, lo cual ha llevado a mostrar calles, monumentos y tiendas de la misma de una forma que puede pasar de lo curioso a la propagando turística, llegando a ser algo descarado para el ojo del lector que únicamente quiera disfrutar de la obra de Braña.
Ignorando estos detalles, nos encontramos ante una historia atrayente y sólida que no deja indemne a sus lectores, los cuales cuando cerremos este nuevo volumen solo podremos desear que pronto surja una tercera entrega que aporte más luz a las preguntas sombrías que nos despiertan las desventuras de Sonia.