Este mes de mayo de 2015, Quaterni presentaba sus dos primeras obras manga en su catálogo con el lanzamiento de "Soy un Gato" y "Kokoro", dos obras clásicas de la literatura japonesa obra de Sōseki Natsume que en esta ocasión daban el salto a formato manga.
La obra que aquí nos reúne hoy es en concreto Kokoro (こころ), que contando con el arte gráfico del mangaka Nagi Yoshizaki y gracias al trabajo de traducción de Raquel Ramos Cudero nos llega en 200 páginas ilustradas en blanco y negro, editadas en un formato rústica más similar al de novela que al que otras editoriales más proclives al manga japonés nos tienen acostumbrados.
La novela inició su publicación originalmente como una serie el 20 de abril de 1914 bajo el título Kokoro: Sensei no Isho (心 先生の遺書), antes de verse recopilada simplemente como "Kokoro" bajo la editorial Iwanami Shoten.
A lo largo de esta obra se abarcará la sociedad japonesa durante la parte más dura durante el fin de la era Meiji y su transición a la época moderna, así como temas que abarcan el amor o la soledad, algo muy acorde con su título, cuya traducción más literal sería el de "Corazón" en el ámbito sentimental.
Yo, Sensei, su esposa y K.
El manga está protagonizado simplemente por "Yo" como una experiencia en primera persona, introduciéndonos en la mente de un joven shosei que se traslada a Tokyo para poder cursar sus estudios superiores mientras se abre paso hacia su propia madurez personal.
Allí, "Yo" conoce a "Sensei", un adulto cuya actitud desganada frente a la vida y corazón cerrado al resto de la humanidad produce mucho interés en "Yo", provocando que busque granjearse su amistad a toda costa.
Poco a poco su amistad va profundizando y Sensei le va aleccionando sobre la vida, lecciones basadas en un pasado oscuro que se niega a revelar a su interlocutor.
Sin embargo, la vida de nuestro protagonista no tarda en dar un vuelco cuando su padre enferma del riñón. En vista del poco tiempo que le queda de vida, Yo decide regresar a su hogar, dónde pasar los últimos momentos antes del fallecimiento de su progenitor.
Durante su estancia, "yo" recibirá una carta de "Sensei", dónde este le revelará toda la verdad sobre su truculento pasado, a modo de lección sobre la vida que dejar como legado.
Mediante esta historia inolvidable, Sōseki Natsume nos muestra una reflexión sobre la naturaleza humana, mostrándonos una serie de valores provenientes de finales de la era Meiji en los que encontramos un planteamiento sobre el individualismo y la sociedad que nos inducen a interesantes planteamientos, rodeándolo del patriótico espíritu japonés que rodeó a la sociedad durante aquellos momentos que resultaron tan duros y tenebrosos.
Todo un ensayo filosófico, ahora en formato manga, que nos permite ahondar en una literatura que tiene muchísimo que enseñarnos.
Sōseki Natsume (1867-1916)
Nacido en el seno de una familia de funcionarios públicos, descendiente de un linaje de samuráis venido a menos, sus padres lo entregaron en adopción a la edad de dos años.
En 1884 se matriculó en la Universidad de Tokio para cursar Arquitectura pero acabó estudiando Lengua Inglesa. Tras graduarse comenzó a impartir clases como maestro en una escuela rural de la isla de Shikoku. Inspirándose en aquella época y en sus relaciones con los alumnos, escribiría en 1906 Botchan.
Recibió una beca de la Universidad de Tokio para estudiar en Londres, ciudad en la que estuvo viviendo 2 años. A su regreso, comenzó a trabajar como catedrático de filología inglesa en sustitución de Lafcadio Hearn, pero se terminó alejando de la docencia para dedicarse por completo a la escritura. Soy un gato, una de sus primeras novelas, fue publicada en 1905, apenas dos años después de su vuelta.
A los 40 años comenzó a escribir artículos y críticas literarias en el diario Asahi, uno de los tres periódicos más importantes del país. Su trabajo como periodista le permitió dedicarse a su gran pasión: la escritura. Así en 1914 escribió Kokoro, la obra cumbre de las letras japonesas.
Tan solo dos años después fallece en Tokio a la edad de 49 años a causa de una úlcera de estómago. A pesar de que su carrera como escritor se desarrolló en unos escasos 10 años, hoy en día es reconocido como el gran maestro de la literatura japonesa y su fama es tal que su imagen se ha utilizado en los billetes de mil yenes.
La adaptación manga que Nagi Yoshizaki hace de Kokoro constituye una inmejorable manera de acercarse, quizá por primera vez, a una de las obras cumbres de la literatura universal y la oportunidad de adentrarse en el maravilloso universo narrativo del gran genio de la literatura japonesa del siglo XX.
La obra que aquí nos reúne hoy es en concreto Kokoro (こころ), que contando con el arte gráfico del mangaka Nagi Yoshizaki y gracias al trabajo de traducción de Raquel Ramos Cudero nos llega en 200 páginas ilustradas en blanco y negro, editadas en un formato rústica más similar al de novela que al que otras editoriales más proclives al manga japonés nos tienen acostumbrados.
La novela inició su publicación originalmente como una serie el 20 de abril de 1914 bajo el título Kokoro: Sensei no Isho (心 先生の遺書), antes de verse recopilada simplemente como "Kokoro" bajo la editorial Iwanami Shoten.
A lo largo de esta obra se abarcará la sociedad japonesa durante la parte más dura durante el fin de la era Meiji y su transición a la época moderna, así como temas que abarcan el amor o la soledad, algo muy acorde con su título, cuya traducción más literal sería el de "Corazón" en el ámbito sentimental.
Yo, Sensei, su esposa y K.
El manga está protagonizado simplemente por "Yo" como una experiencia en primera persona, introduciéndonos en la mente de un joven shosei que se traslada a Tokyo para poder cursar sus estudios superiores mientras se abre paso hacia su propia madurez personal.
Allí, "Yo" conoce a "Sensei", un adulto cuya actitud desganada frente a la vida y corazón cerrado al resto de la humanidad produce mucho interés en "Yo", provocando que busque granjearse su amistad a toda costa.
Poco a poco su amistad va profundizando y Sensei le va aleccionando sobre la vida, lecciones basadas en un pasado oscuro que se niega a revelar a su interlocutor.
Sin embargo, la vida de nuestro protagonista no tarda en dar un vuelco cuando su padre enferma del riñón. En vista del poco tiempo que le queda de vida, Yo decide regresar a su hogar, dónde pasar los últimos momentos antes del fallecimiento de su progenitor.
Durante su estancia, "yo" recibirá una carta de "Sensei", dónde este le revelará toda la verdad sobre su truculento pasado, a modo de lección sobre la vida que dejar como legado.
Mediante esta historia inolvidable, Sōseki Natsume nos muestra una reflexión sobre la naturaleza humana, mostrándonos una serie de valores provenientes de finales de la era Meiji en los que encontramos un planteamiento sobre el individualismo y la sociedad que nos inducen a interesantes planteamientos, rodeándolo del patriótico espíritu japonés que rodeó a la sociedad durante aquellos momentos que resultaron tan duros y tenebrosos.
Todo un ensayo filosófico, ahora en formato manga, que nos permite ahondar en una literatura que tiene muchísimo que enseñarnos.
Sōseki Natsume (1867-1916)
Nacido en el seno de una familia de funcionarios públicos, descendiente de un linaje de samuráis venido a menos, sus padres lo entregaron en adopción a la edad de dos años.
En 1884 se matriculó en la Universidad de Tokio para cursar Arquitectura pero acabó estudiando Lengua Inglesa. Tras graduarse comenzó a impartir clases como maestro en una escuela rural de la isla de Shikoku. Inspirándose en aquella época y en sus relaciones con los alumnos, escribiría en 1906 Botchan.
Recibió una beca de la Universidad de Tokio para estudiar en Londres, ciudad en la que estuvo viviendo 2 años. A su regreso, comenzó a trabajar como catedrático de filología inglesa en sustitución de Lafcadio Hearn, pero se terminó alejando de la docencia para dedicarse por completo a la escritura. Soy un gato, una de sus primeras novelas, fue publicada en 1905, apenas dos años después de su vuelta.
A los 40 años comenzó a escribir artículos y críticas literarias en el diario Asahi, uno de los tres periódicos más importantes del país. Su trabajo como periodista le permitió dedicarse a su gran pasión: la escritura. Así en 1914 escribió Kokoro, la obra cumbre de las letras japonesas.
Tan solo dos años después fallece en Tokio a la edad de 49 años a causa de una úlcera de estómago. A pesar de que su carrera como escritor se desarrolló en unos escasos 10 años, hoy en día es reconocido como el gran maestro de la literatura japonesa y su fama es tal que su imagen se ha utilizado en los billetes de mil yenes.
La adaptación manga que Nagi Yoshizaki hace de Kokoro constituye una inmejorable manera de acercarse, quizá por primera vez, a una de las obras cumbres de la literatura universal y la oportunidad de adentrarse en el maravilloso universo narrativo del gran genio de la literatura japonesa del siglo XX.