Cómic: Reseña de "La Casa - Crónica de una Conquista", de Daniel Torres [Norma Editorial]


El pasado 6 de noviembre Norma Editorial lanzaba el que ha sido un arduo proyecto cuyos frutos son, sin lugar a dudas, más que magníficos: La Casa, Crónica de una Conquista de Daniel Torres.

Resulta difícil catalogar semejante proyecto, y aunque nosotros en el título hemos osado tildarlo de cómic por que es a lo que más se ajusta según nuestro cuestionable criterio, La Casa combina en sus páginas el susodicho cómic, la ilustración y la novela entrelazándola para narrar su objetivo: la historia de la relación entre nuestro hogar y las personas que lo habitamos, analizado de forma cronológica con una gracia única.

Tomando este curioso concepto como punto de partida sobre el que asentar su proyecto, Daniel Torres nos embarca en un viaje que recorre la historia de lo que hoy conocemos como hogar desde el lejano neolítico a la era actual.

Estructurándolo a lo largo de 26 capítulos, su fascinante relato atraviesa las eras remarcando cada uno de los puntos históricos que supusieron un hito revolucionario en el hogar humano, llevándolo desde el simple y llano cobijo que fuere en un inicio hasta la elaborada vivienda de la que gozamos hoy en día.



Cada uno de estos veintiséis episodios desarrolla y analiza punto por punto y de una manera exquisitamente detallada a modo de ensayo el concepto de la casa tal y como se entendía en cada época, utilizando como corazón para ello una historieta ilustrada que le da un toque mucho más ameno y que nos hace disfrutar debidamente de cada concepto y anécdota.

Un libro perfecto para comprender en su plenitud un cercano tan cercano y a la vez tan ajeno, que gracias a la narrativa fluida pero elaborada que nos ofrece Torres nos lleva a conocer su pasado para entender su presente.

Norma Editorial nos brinda la oportunidad de disfrutar esta obra en un lujoso cartoné con sobrecubierta de 23 x 29,8 centímetros que hace honor a un longevo proyecto, a lo largo de sus extensas 576 páginas a todo color de alto gramaje.

Y sin más, os dejamos con un avance para que podáis poneros los dientes largos:


Torres, Daniel
Nacido en Teresa de Cofrentes (Valencia) el 20 de agosto de 1958, aunque comenzó la carrera de arquitectura, Daniel Torres terminó completando los estudios de Bellas Artes en la Universitat Politècnica de València. Sus primeras historietas se publicaron en el fanzine promovido por Manel Gimeno, El gat pelat, donde también colaboraron Miguel Calatayud, Sento o Micharmut. Muy poco después, entraría a formar parte de la revista El Víbora con las aventuras de Claudio Clueco, donde explora el género negro desde las claves de revisión propias de su obra. Asesinato en 24 imágenes por segundo, la primera aventura del personaje, bebía tanto de Dashiell Hammett como del underground americano, iniciando un camino que seguiría con El ángel caído, primera aventura larga que ya atraería el interés de editoriales francesas como la prestigiosa Futuropolis, que lo incluiría en su famosa colección.

En 1982, Torres pasaría a las páginas de la recién nacida Cairo con Opium, una serie basada en las novelas de Sax Rohmer con una visión pop y desenfadada, en la que se comienza a perfilar un estilo de línea clara que explotaría el año siguiente con Tritón, la primera entrega deLas aventuras siderales de Roco Vargas. Una space opera que se desarrollaría inicialmente en cuatro entregas que presentarían una evolución constante del dibujante. El misterio del susurro, Saxxon y, sobre todo, La estrella lejana conformaron el ciclo de madurez del autor, que cerró la serie en 1987 con una obra que es ya considerada como un clásico del tebeo español.

En paralelo, Torres había realizado para Magic Strip el álbum Sabotage!y había comenzado una exitosa carrera como ilustrador. En los 90 comienza una nueva serie, El octavo día, donde desarrolla su concepto de fábula, del enfrentamiento entre la ficción y la realidad. Simultáneamente, se lanza a un proyecto novedoso en el cómic español, el relanzamiento de Opium en una colección de comic book en colaboración con Ramón Marcos, Incha y Paco Hernández. También comienza a trabajar para el mercado americano, con historias cortas (alguna guionizada por Alan Moore); pero sin olvidar su tierra, realizando Te veo IVAM para el Museo Valenciano de Arte Moderno. En 1995 crearía otro personaje fundamental en su trayectoria: el dinosaurio Tom, una serie infantil que sería publicada por el suplemento infantil deEl País. A finales de la década, pasaría de nuevo por el mercado americano con la miniserie El ángel de Notre Dame.

Ya en el siglo XXI, retomaría su creación más famosa, Roco Vargas, con cuatro nuevas entregas que iría simultaneando con trabajos de ilustración y su estreno en televisión con la versión animada de Tom, el dinosaurio. En 2009 publicaría su primera novela gráfica, Burbujas, dedicándose desde entonces a su trabajo como ilustrador y al desarrollo de La casa.