Coincidiendo con su presencia en el pasado XXII Salón del Manga de Barcelona, nuestra venerada Editorial IVRÉA nos brindaba la oportunidad de hincarle el diente a otra obra de ONE, mangaka más que de moda en estos momentos gracias al inevitable éxito que ha supuesto One Punch-Man.
Así se ponía a la venta el pasado 28 de octubre en su stand el primer volumen de MOB PSYCHO 100 (モブサイコ100), y como es habitual en la editorial nos llega en un formato idéntico al original japonés, en unos rústica tamaño B6, laca mate en la sobrecubierta con UVI selectivo brillante que le dan un toque de lujo, de momento con carácter mensual hasta que su ritmo se acerque al nipón.
La serie se publica en la revista japonesa online Ura Sunday de la editorial japonesa Shogakukan desde el año 2012, recopilando hasta la fecha un total de 13 tomos y ha sido adaptada a un anime de 12 episodios por el estudio Bones, quién en su momento ya se encargó de la adaptación de One Punch-Man.
MOB PSYCHO 100 vol.#1
Nuestra historia comienza transportándonos a un mundo repleto de fenómenos extraños que la ciencia no puede explicar; fantasmas y monstruos de todo tipo que se esconden entre nosotros para convertirse en nuestras peores pesadillas, ya sea en al forma de maldiciones o en la de cualquier otro tipo de afección malévola que perjudique nuestro día a día.
¿Quién es capaz de hacer frente a este viejo y subversivo mal? ¡¡Los psíquicos!!
Gente con capacidades más allá de lo evidente que les otorgan la posibilidad de hacer frente w incluso derrotar a estos espíritus malignos.
De esta manera es como conocemos a Arataka Reigen, un timador de medio pelo que se hace pasar por uno de estos psíquicos para sacarle los cuartos a todo aquel lo bastante idiota como para acercarse a su despacho en busca de ayuda.
Pero Arataka Reigen eventualmente, o básicamente entre timo y estafa, se ve obligado ha hacer frente a algún peligro real del submundo, para lo cual sus habilidades de cuentista no le sirven de demasiado... ¿O sí?
Para estos casos, cuenta con Shigeo Kageyama (alias Mob), un estudiante de secundaria que no destaca ni por su aspecto ni por su inteligencia y que es más rancio de lo imaginable. Un esperpento inexpresivo y más vago que hecho de encargo que, para suerte de Reigen, ¡resulta ser un poderoso Esper!
Un poderosísimo psíquico que a pesar de tener tan valiosas habilidades, decidió dejar de mostrarlas y reprimirlas en su interior para que la gente no le mirara como a un bicho raro. Kageyama sin embargo es tan poderoso como idiota, y gracias a ello el psíquico estafador logra enredarle para que trabaje a medio tiempo para él, quién alegando ser "demasiado poderoso" para encargarse de nimiedades, le utiliza sin ningún pudor para solucionar todos sus problemas a la vez que se convierte en su "maestro".
Bajo esta premisa comenzamos a seguir la vida cotidiana del apático Kageyama, quién únicamente desea vivir una adolescencia normal y sin sobresaltos y, de ser posible, vivir un romántico primer amor con Tsubomi, una chica de su clase que le tiene loco y con la que no ha conseguido hablar en su vida gracias a sus más que nulas habilidades sociales.
Pero claro, esto se verá interrumpido por la facilidad con la que la gente termina manipulándole, lo que le llevará por un lado a conocer al club de telepatía de su instituto (un antro de frikis vagos con pocos propósitos en la vida), apuntarse al club de fisicoculturismo e incluso terminar metido en una reunión de una secta que encuentra la sonrisa como foco de su idolatría (aunque toda la verdad sea mucho más turbia que todo esto).
Toda una serie de situaciones que, poco a poco, irán haciendo ceder la tolerancia del pobre Mob, algo que iremos viendo representado conforme avanza el volumen en forma de un tanto por ciento que muestra el progreso hasta su estallido...
Un estallido frente al que no querremos estar llegado el momento.
Como vemos, la otra obra de One nos ofrece toda una serie de factores que han formado parte del éxito del que hace gala One Punch-Man: un humor absurdo con un personaje protagonista abismalmente poderoso al que se la suda todo lo que sucede como epicentro y vorágine de todo lo sucedido. El sello del autor y su patrón de historia es inequívoco, y la comparativa con el manga protagonizado con Saitama es ineludible al fijarnos en estos factores comunes.
Sin embargo, como bien sabemos todos, esto se ve oscurecido por el pésimo arte gráfico del mangaka. Mucho conocen la historia de como Murata Yusuke descubrió One Punch-Man y decidió ponerse a cargo del arte reemplazando a One en dicha tarea, pero Mob Psycho 100 no ha tenido esta suerte.
Esto se traduce en que el manga es tan divertido como horrorosas son sus viñetas, con un nivel de detalle espeluznante que casi cualquier lector se vería capaz de superar. Y no, no estamos hablando del dibujo del maga de Shingeki no Kyojin, si no de algo mucho más destructivo para nuestras córneas.
No obstante, si nuestras retinas no sufren combustión espontanea en el proceso de la lectura, descubriremos que Mob Psycho 100 es un manga en el que ante todo se premia la diversión, algo que vemos en un primer tomo que da pie a toda una serie de situaciones descabelladas que, estamos seguros, serán superadas en los tomos por venir.
¡Viva One y sus bizarradas!
¿Quién es capaz de hacer frente a este viejo y subversivo mal? ¡¡Los psíquicos!!
Gente con capacidades más allá de lo evidente que les otorgan la posibilidad de hacer frente w incluso derrotar a estos espíritus malignos.
De esta manera es como conocemos a Arataka Reigen, un timador de medio pelo que se hace pasar por uno de estos psíquicos para sacarle los cuartos a todo aquel lo bastante idiota como para acercarse a su despacho en busca de ayuda.
Pero Arataka Reigen eventualmente, o básicamente entre timo y estafa, se ve obligado ha hacer frente a algún peligro real del submundo, para lo cual sus habilidades de cuentista no le sirven de demasiado... ¿O sí?
Para estos casos, cuenta con Shigeo Kageyama (alias Mob), un estudiante de secundaria que no destaca ni por su aspecto ni por su inteligencia y que es más rancio de lo imaginable. Un esperpento inexpresivo y más vago que hecho de encargo que, para suerte de Reigen, ¡resulta ser un poderoso Esper!
Un poderosísimo psíquico que a pesar de tener tan valiosas habilidades, decidió dejar de mostrarlas y reprimirlas en su interior para que la gente no le mirara como a un bicho raro. Kageyama sin embargo es tan poderoso como idiota, y gracias a ello el psíquico estafador logra enredarle para que trabaje a medio tiempo para él, quién alegando ser "demasiado poderoso" para encargarse de nimiedades, le utiliza sin ningún pudor para solucionar todos sus problemas a la vez que se convierte en su "maestro".
Bajo esta premisa comenzamos a seguir la vida cotidiana del apático Kageyama, quién únicamente desea vivir una adolescencia normal y sin sobresaltos y, de ser posible, vivir un romántico primer amor con Tsubomi, una chica de su clase que le tiene loco y con la que no ha conseguido hablar en su vida gracias a sus más que nulas habilidades sociales.
Pero claro, esto se verá interrumpido por la facilidad con la que la gente termina manipulándole, lo que le llevará por un lado a conocer al club de telepatía de su instituto (un antro de frikis vagos con pocos propósitos en la vida), apuntarse al club de fisicoculturismo e incluso terminar metido en una reunión de una secta que encuentra la sonrisa como foco de su idolatría (aunque toda la verdad sea mucho más turbia que todo esto).
Toda una serie de situaciones que, poco a poco, irán haciendo ceder la tolerancia del pobre Mob, algo que iremos viendo representado conforme avanza el volumen en forma de un tanto por ciento que muestra el progreso hasta su estallido...
Un estallido frente al que no querremos estar llegado el momento.
Como vemos, la otra obra de One nos ofrece toda una serie de factores que han formado parte del éxito del que hace gala One Punch-Man: un humor absurdo con un personaje protagonista abismalmente poderoso al que se la suda todo lo que sucede como epicentro y vorágine de todo lo sucedido. El sello del autor y su patrón de historia es inequívoco, y la comparativa con el manga protagonizado con Saitama es ineludible al fijarnos en estos factores comunes.
Sin embargo, como bien sabemos todos, esto se ve oscurecido por el pésimo arte gráfico del mangaka. Mucho conocen la historia de como Murata Yusuke descubrió One Punch-Man y decidió ponerse a cargo del arte reemplazando a One en dicha tarea, pero Mob Psycho 100 no ha tenido esta suerte.
Esto se traduce en que el manga es tan divertido como horrorosas son sus viñetas, con un nivel de detalle espeluznante que casi cualquier lector se vería capaz de superar. Y no, no estamos hablando del dibujo del maga de Shingeki no Kyojin, si no de algo mucho más destructivo para nuestras córneas.
No obstante, si nuestras retinas no sufren combustión espontanea en el proceso de la lectura, descubriremos que Mob Psycho 100 es un manga en el que ante todo se premia la diversión, algo que vemos en un primer tomo que da pie a toda una serie de situaciones descabelladas que, estamos seguros, serán superadas en los tomos por venir.
¡Viva One y sus bizarradas!