Cómic: Reseña de "THE WICKED + THE DIVINE 2. FANDEMÓNIUM" de Kieron Gillen, Jamie McKelvie - Norma Editorial
Como todos los meses, aquí estamos de nuevo con una nueva de nuestras reviews de cómic Americano, tratándose en este caso de la nueva serie británica de éxito dentro del mundo del cómic independiente, estamos hablando del segundo volumen de la serie THE WICKED + THE DIVINE, titulado FANDEMÓNIUM, obra de Kieron Gillen, Jamie McKelvie y Matthew Wilson.
Antes que nada dejar claro que sí, el título del volumen viene como pequeño guiño a los Fans del panteón, quienes asisten al Fanteón, convención de lo relacionado con el Panteón de los nuevos 12 dioses. Chistes aparte, parece que nuestra protagonista, Laura, tendrá que aceptar varias verdades a lo largo de este número, no se es la “mejor amiga del diablo” sin ganarse un poco de fama, tanto de la buena como de la mala; y que los secretos de estos dioses pueden ser incógnitas incluso para ellos mismos.
Pero antes de saltar al escenario vemos la edición que nos presenta Norma Editorial, quienes nos traen este volumen. Igual que en el primer número cuenta con una edición sencilla en rústica y un tamaño de 17x26cm. En su interior encontramos 200 páginas a color entre las que se incluyen algunos extras como los dilemas de sus autores para organizar las viñetas, así como la galería de portadillas de cada uno de los capítulos. Su precio es de 19€ y está a la venta desde inicios de Agosto.
THE WICKED + THE DIVINE 2. FANDEMÓNIUM
Muy poco tiempo ha pasado desde el anterior número, Laura sigue vomitando cada vez que recuerda como la cabeza de Luci explotó justo delante de la puerta y su impotencia va en aumento al ver que ella sigue siendo una simple mortal incapaz de encender un cigarro chasqueando los dedos. Por suerte para aliviar su apatía aparecerá en escena otro de los dioses, Inanna, quien buscando animar a nuestra chica la llevará por los caminos del amor y la comprensión, no solo de sí misma sino también de la situación en la que se encuentra, haciendo que Laura corte por lo sano su aislamiento para romper con la monotonía enfrentándose de la forma más radical, en una rueda de prensa en el Fanteón, la convención de los fans del Panteón.
Bueno, que decir que dicho experimento no la ayudó demasiado la verdad y su frustración seguía emanando cual fuente en un parque para niños. Pero Inanna, incapaz de rendirse le ofreció una segunda alternativa, irse de fiesta loca. Si bueno, quizás no es lo más recomendable, pero son dioses y adolescentes, no hace falta decir más.
Y en que mejor fiesta que en la de Dionisio iba a pasárselo bien Laura. Una fiesta a la que incluso acudirán los mismos dioses, soltándose la melena, alejándose de las tumultosas calles y los fríos escenarios para fundirse en la pista de baile como si esta fuera una mezcla de rito, comunión y afrodisiaco para el alma. Pero toda esa fiesta y diversión no será igual para todo el mundo. Si Laura ve el mundo jodido sin Luci, el resto de Dioses lo ven aún peor, viendo como sus creencias de van desmoronando a cada paso. Baphomet es quien más lo sufre, sabiendo que sobre el caerán todas las miradas si se destapan las mentiras que ha ido ocultando, pero incapaz de hacer algo racional se creerá todas las falacias que le susurren al oído y con miedo de ser el siguiente el perder la cabeza tardará más bien poco en fastidiarla hasta el fondo.
Pero tras la marcha de algunos dioses, otros llegarán a la tierra, reencarnaciones esperadas por Anaké, quién les mostrará el camino hacia su nueva y recién estrenada divinidad a Urdr y a Persefone. Dos grandes sorpresas para el Panteon de los dioses sobre todo por la humanidad que esconden detrás.
El camino de los dioses claramente no es tan fácil como los simples mortales pensábamos, y sus miedos y perseverancias son los que consiguen hacer de esta serie, una gran obra. Sí, es cierto que la protagonista de esta historia y sobre la que giran todos los acontecimientos es Laura, una humana que se ha visto extrañamente involucrada en el mundo del panteón al acercarse demasiado al fuego de Lucifer, pero aun así Kieron Gillen consigue llegar a un equilibrio entre la adoración y el cinismo al confrontar a Laura con personajes de lo más variados, como Cassandra o Anaké.
Obviamente cada dios tiene su personalidad y sus manías, no nos van a gustar todos porque están hechos para que los odies o los adores, son polos opuestos y se repelen y atraen como los imanes, con sus miedos y dudas hacia lo que les rodea. Pero ante todo, representan la actualidad y aquello a lo que hoy en día se podría llegar a adorar por aquellos más jóvenes. No es justamente esa la gracia? Como dicen en el propio volumen, ellos son la referencia cultural del momento y si no llegas a entenderlos, es porque eres demasiado viejo para adorarlos por lo que son.
Aunque desde luego, la trama más interesante no es aquella que rodea los deseos de Laura sobre ser un miembro del panteón de los dioses, si no la oscura telaraña de secretos y mentiras que los propios dioses esconden de cara a los humanos. Anaké y sus mentiras incita a aquellos más vulnerables a cometer locuras, como Minerva o Baphomet, mientras que los que son lo suficientemente conscientes para no caer en ellas, como Baal o Urdr, se debaten entre buscar las respuestas acertadas o simplemente hacerse a un lado para que no les salpique el fango. Aunque está claro que el camino que nos tiene preparado Gillen ensuciará a todos los dioses, sean vulnerables o no.
En cuanto al arte del volumen, este hace que la historia, que podría parecernos demasiado adolescente, tenga la fuerza que necesita. El increíble trabajo realizado por McKelvie es espectacular, logrando que las expresiones faciales de todos los dioses sean únicas y siendo capaz de poner un punto de burla a la voz de unos personajes que solo escuchamos en nuestra cabeza.
Sus diseños son algo único y consigue transformar una diosa del amor y de la fertilidad en un atractivo adolescente con purpurina y americana estampada de leopardo. Y lo más importante, hacer que nos lo creamos.
La verdad es que este volumen no cuenta con el mismo carisma que tenía el anterior. Aquí Luci no está y parte de la chispa de esta historia se ha apagado si no está ella. Por suerte la trama es realmente interesante, descubrir la oscuridad detrás de la luz que irradian los dioses es algo adictivo y desde luego nos ha dejado con ganas de leer el siguiente número.