A finales de verano la editorial Milky Way lanzó al mercado el primer número de una nueva serie manga que se une a su catálogo de seinen, se trata de Kamisama no Joker, obra de Mizu Sahara y Michiharu Kusunoki que se editó en japón por la editorial Kodansha, recopilandose en un total de 3 volúmenes.
En cuanto al formato con el que Milkyway ha editado este volumen, nos encontramos con un sencillo tomo en B6 editado en rústica con sobrecubiertas que tiene un tamaño de 13 x 18 cm y en cuyo interior encontraremos 186 páginas en blanco y negro, siendo las dos primeras a color. El precio del volumen es de 8.50€ y está disponible en tienda de cómics, librerías especializadas y en la propia web de Milky Way.
Kiwa es un buen tipo aunque demasiado relajado, y eso hace que no encuentre trabajo. Su sueldo únicamente sale de un trabajillo a media jornada en una pequeña librería, pero con eso no llega a ningún sitio y eso es algo que pone de los nervios a su novia, Mahiro. Cuando ella le ofrece probar suerte en la editorial donde trabaja, Kiwa acaba confesándose que tiene un poder especial: si pide con toda su alma algo que desea, lo consigue, pero a cambio, después debe compensarlo pagando con algo de igual valor para él.
Obviamente Mahiro no lo toma en serio hasta que Kiwa pide a Dios “con toda su alma” poder trabajar con ella y, poco después de lograrlo, empiezan a pasar desgracias, igual que las que le ocurrieron a Kiwa cuando de pequeño fue consciente de su poder. Así el mundo de Kiwa empezará a cambiar a su alrededor cuando tras conseguir entrar a trabajar en la editorial en la que trabaja Mahiro, esta decida hacer del mundo un lugar mejor gracias al poder de su pareja.
Nos encontramos ante un manga de corte psicológico en el que aunque el protagonista cuenta claramente con un poder sobrenatural con el que podría mover el mundo a su antojo, lo que sus autores quieren reflejarnos es el miedo que hay detrás de tomar decisiones que atañen a la vida de otros y lo dispuesto que estas a utilizarlas con tal de cumplir tus propios deseos.
Esto que podría denotar una historia espesa y una trama algo difícil de seguir, consigue ser de lectura fácil gracias a un personaje que es tan sencillo y noble, que llega a ser hasta tonto, por lo que aunque él no se coma mucho la cabeza y sea su pareja la que si tenga estos dolores mentales, nunca aparecen realmente en primer plano y por lo tanto no saturan la trama.
Gracias a este equilibrio de complejidad y simplicidad Kamisama no Joker consigue ser un manga que resulta interesante en su lectura pero que no nos agobia con problemas morales ni resulta demasiado oscuro. Lo que si que hay que tener en cuenta es que la simplicidad de este personaje principal puede resultar algo desesperante, por lo que hay que pensar a futuro y saber que con los tomos se irá desarrollando más profundamente.
En cuanto al arte de este volumen nos ha sorprendido la sencillez de sus líneas y lo luminoso que son sus páginas pese a tratar un tema tan oscuro como la muerte y los dioses. Aquí encontramos algunos accidentes y muertes, pero ninguna ocupa la primera página al menos por ahora, por lo que los más aprensivos pueden leer este manga sin demasiado problema a encontrarse con sustos al girar la página.
Sorprendentemente también tiene muchas escenas de carácter sexual totalmente gratuito, no sabemos si para rellenar contenido o para que el lector entienda mejor la situación, pero consiguen aportar a la trama y a los personajes un velo de intimidad que funciona muy bien para el ambiente del manga.
En conclusión, este primer tomo sienta los precedentes de una historia madura y pausada que cuenta con todos los ingredientes para ser un gran éxito. Si bien la trama es lenta seguramente se acelerará el ritmo en los siguientes volúmenes y esperamos una conclusión a la altura de sus inicios.
En conclusión, este primer tomo sienta los precedentes de una historia madura y pausada que cuenta con todos los ingredientes para ser un gran éxito. Si bien la trama es lenta seguramente se acelerará el ritmo en los siguientes volúmenes y esperamos una conclusión a la altura de sus inicios.